Estados Unidos avanza hacia la liberación de las publicaciones científicas


En su editorial del día de ayer, 26 de febrero, el The New York Times muestra su apoyo a los planes de Barack Obama para obligar a las agencias investigadoras a liberar sus publicaciones científicas, sin costo y de manera digital, para que puedan ser accesibles a todo público. Sin duda se trata de un avance en lo que, hoy por hoy, es un negocio dominado por las revistas especializadas. Hasta el momento lo que sucede es que, ante la necesidad de los investigadores de aparecen en publicaciones prestigiosas y de revisión de pares, estos ceden sus derechos sobre la obra a las editoriales (es decir no son remunerados), y éstas sin haber producido ni financiado la publicación, cobran por acceder a ellas. Lo más reprochable es que esto significa que a un intermediario (el editor) se le permite restringir el acceso a investigación que fue 1) financiada con fondos públicos y 2) probablemente realizada por una agencia pública. Tal es el caso chileno, en donde el grueso de la investigación es realizada por universidad (particularmente las públicas) y donde casi todo su financiamiento proviene de fondo de investigación concursable del Estado. Sin embargo, la necesidad de figurar en los rankings internacional hace que las universidades intenten por todos los medios ser publicadas en las revistas indexadas, y por lo tanto, hace imposible la liberación de investigación que fue pagada por todos los chilenos, y por lo tanto debería ser accesible para el beneficio de todos.

En este sentido la iniciativa de Obama es positiva. Por otro lado, y como muestra un artículo publicado hoy (27 de febrero) en el sitio Manzana Mecánica, los planes de Obama pueden verse como una iniciativa más bien tibia. Luego de tres años de anuncios, la medida sólo se aplicará a las agencias que reciban más de 100 millones de dólares de financiamiento estatal y su liberación se hará efectiva luego de un año de su publicación. Sin duda no está a la altura de los que Aaron Swartz imaginó como política pública cuando subió a BitTorrent cuantro millones de papers científicos desde la base de datos del MIT. Queda al descubierto que, si bien se ha avanzado (en EE.UU al menos, en Chile no se avizora ningún cambio de política), como muchas materias, ha quedado coja por culpa del lobby y los intereses de los grupos de poder.

Dos preguntas saltan a la mente ¿Será Chile capaz de replicar una iniciativa como esta?, y si lo hace ¿Será capaz de no caer víctima de las presiones de los grupos de lobby? Personalmente lo veo difícil considerando que tenemos un ministro de educación que se niega a aceptar que existe lucro en universidades a pesar de que todo el resto del Chile lo sabe, y un rector vende partes de su negocio desde la cárcel. Vivimos en el país de los conflictos de interés, y donde manda el dinero, no manda la gente. Donde no manda la gente, no hay democracia, y eso hace lo hace muy fácil para los grupos de interés y de lobby.

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